Educar a un niño o un adolescente es una de las tareas más valiosas y laboriosas que nos podemos encontrar, más aún si descubrimos un trastorno que dificulta su aprendizaje, el cual ocasionará mucho estrés y desasosiego en el núcleo familiar. Por ello, te proporcionaré información clave para sepas como ayudar a tu hijo con tdah a estudiar.
Cómo ayudar a mi hijo con TDAH a estudiar
El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad o TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que aparece en la edad infantil pudiendo generar una conducta impulsiva, inquieta y con dificultades para estar atento. Si te suenan familiares estos síntomas, primero, piensa en buscar ayuda profesional, ya que este trastorno tiene 3 variantes y la clave de su tratamiento es diagnosticar con éxito el tipo de TDAH que presenta el infante:
- Falta de atención predominante: La mayor parte de sus dificultades serán a causa de la presencia de déficit atención.
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante: Sus síntomas están principalmente relacionados a la hiperactividad y con una conducta impulsiva.
- Combinado: Quiere decir que es una mezcla entre síntomas de hiperactividad/impulsividad con falta de atención.
Como parte del diagnóstico, será necesario realizar una evaluación psicopedagógica que delimite los síntomas y su alcance para así valorar la necesidad de aplicar tratamiento farmacológico en combinación con intervención psicopedagógica o no.
Momento de actuar ¡pongámonos manos a la obra!
Y ahora debemos poner nuestro talento coordinador en marcha, pues resulta fundamental que los esfuerzos por controlar los efectos del TDAH sean guiados multidisciplinariamente en armoniosa sintonía.
Ignorar o pasar por alto esta condición solo le traerá más problemas a nuestro hijo. Lo mejor es ser abiertos e involucrar a los profesores, a los miembros de la familia y buscar el apoyo de profesionales sociosanitarios.
Rutinas y planificación
Algo básico y un buen comienzo consistirá en habituarnos a seguir rutinas. De manera conjunta, para involucrarlo en este cambio, podéis planificar un cronograma semanal (no dejes nada fuera y si, la hora para cepillarse los dientes también hay que incluirla). Hacedlo lo más detallado posible, aunque parezca exagerado. Incluid las horas de comer, tiempo de juegos, clases, actividades extraescolares, etc. Trata de hacer de esto un momento de diversión utilizando colores, imágenes y diferentes materiales; siempre buscando que sea muy visual para que tu hijo retenga la información fácilmente.
Adaptando el espacio y las tareas
Otra cosa fundamental será designar y diseñar un lugar especial en la casa donde nuestro pequeño pueda concentrarse, aislado de ruidos externos. Evita colocar objetos que destaquen y usa colores pasteles para dar la sensación de tranquilidad aportando luminosidad al espacio. Mantén en mente usar colores llamativos y elementos visuales para aquello que debe prestar atención; y paletas de tonos claros para todo lo que pueda ser una distracción.
Y si quieres ir un poquito más allá, puedes identificar en qué momento del día tu hijo tiene los niveles de atención más altos, ya que es mejor aprovechar esos ratos de buena concentración en pequeñas dosis.
Durante los deberes y el estudio, la clave está en fragmentar las tareas. Cada mini tarea debe representar una meta a cumplir, que lo motiva a seguir esforzándose. No olvides darle su recompensa al final con unos minutos de descanso, unas palabras cariñosas o un pequeño snack (funcionará de maravilla). Los tiempos de ocio también deben ser monitorizados. Este nivel de estructura le ayudará a minimizar los efectos de síntomas como el déficit de atención o impulsividad.
Esto puede ser un poco más complicado que lo anterior, pero valorar la búsqueda de un centro escolar que lleve la inclusión como estandarte puede facilitar su adaptación. Se beneficiarán enormemente de un sistema de aprendizaje, adquisición de conocimientos y evaluación alternativo, si este fomenta su creatividad y se basa en la motivación.
Por último, enseñarle el valor de la amistad no solo desarrollará mejor sus habilidades sociales, e incluso ayudará con su autoestima, dos cosas que a veces se dificultan en niños con TDAH.
Todo ello se trata de recomendaciones básicas que te aportarán luz cuando te surja la duda sobre cómo ayudar a mi hijo con TDAH a estudiar o en otros contextos. En cualquier caso, si te sientes perdido o perdida, no dudes en buscar apoyo de profesionales en el área, pero aún más importante, recuerda que cada niño va a su ritmo para aprender; confiar en el proceso y llenarlo de amor será siempre la mejor medicina.
Psicóloga sanitaria especializada en neuropsicología. Cuento con amplia experiencia en evaluación e intervención infanto-juvenil, con familias y adultos con daño cerebral, trastornos del neurodesarrollo y dificultades socio-emocionales. Terapia Online y presencial en Madrid. ¡Contáctame si necesitas algo! Siempre respondo