¿Cómo saber si mi hijo tiene TDAH?
Si no conoces qué es el tdah y llevas tiempo escuchando hablar de ello a otras mamás y papás, es posible que aparezca dudas sobre si tu niño o niña podría padecerlo. Especialmente, si es movido, nervioso o muy distraído. Sin embargo, muchas veces, estos comportamientos o rasgos se deben simplemente al momento del desarrollo que atraviesa, responden a períodos de adaptación o son rasgos de su personalidad.
Es importante tener en cuenta que no siempre que vemos este tipo de características en un menor, necesariamente aparecerá el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. En cualquier caso, ante las dudas, a la hora de dar respuesta a la pregunta, cómo saber si mi hijo tiene tdah, lo más recomendable es consultar con su pediatra y con el colegio, además de profesionales especializados en la materia, como una psicóloga infantil, que nos puedan orientar.
Para determinar si un niño o niña tiene tdah, lo más recomendable es realizar una evaluación psicopedagógica, por un profesional, que junto con toda la información aportada por parte de la familia y la obtenida a partir de los test podrá determinar en que medida se cumple la aparición de los siguientes síntomas, en los diferentes contextos, durante al menos 6 meses:
Déficit de atención
- Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).
- Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o lectura prolongada).
- Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (por ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción aparente).
- Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).
- Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos).
- Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos).
- Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil).
- Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados).
- Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).
Hiperactividad
- Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
- Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (por ejemplo, se levanta en clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, en situaciones que requieren mantenerse en su lugar.
- Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.).
- Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
- Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).
Impulsividad
- Con frecuencia habla excesivamente.
- Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros; no respeta el turno de conversación).
- Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola).
- Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen los otros).
¿Son diferentes los síntomas del TDAH en niños, adolescentes y adultos?
Aunque los síntomas del tdah tienden a estar presentes en todas las etapas del desarrollo y se presenta incluso en la edad adulta, no lo hacen con la misma intensidad ni del mismo modo. Al igual que nosotros crecemos, los síntomas del tdah se «transforman» al tiempo que desarrollamos estrategias para gestionarlos e, incluso, convertirlos en aliados.
Síntomas de tdah en niños
En niños pequeños, de la etapa de educación infantil y primaria, a menudo observaremos que se cansa muy rápido de la mayoría de las tareas, especialmente si no le motivan. Además, los síntomas de hiperactividad e impulsividad, provocarán que sea más movido y enérgico disfrutando de actividades que puedan ser arriesgadas, como subirse por sitios altos, escalar…. sin miedo y sin ver el peligro.
Les cuesta mucho obedecer y no lo hacen a la primera, a veces, parece que no oyen cuando les están regañando, sobre todo en clase y en situaciones en las que hay muchos estímulos al mismo tiempo.
A nivel de autonomía, les cuesta más tiempo y repeticiones el aprendizaje de las actividades de la vida diaria, hábitos de higiene y también, el aprendizaje de conceptos académicos.
Por todo esto, son niños que necesitan mayor supervisión y contar con estrategias que les ayuden a gestionar el autocontrol de la hiperactividad/impulsividad y de su capacidad de atención.
Síntomas de tdah en adolescentes
Cuando pasan a la adolescencia, la hiperactividad motora está más controlada y se manifiesta sobre todo en movimientos más finos en las manos y en las piernas, cuando están sentados. Igualmente, además de cambiar de postura, agradecen poder levantarse y moverse más a menudo cuando llevan un rato largo sobre la silla.
A la hora de hacer los deberes o tareas de la casa, su estilo de ejecución será poco reflexivo e impulsivo, es decir, la mayoría de veces, lo harán de manera rápida y descuidada.
Como era de esperar, se mantienen las dificultades para seguir las clases, sobre todo si la materia no les gusta y el profesor no les engancha. Aparecen dificultades para el control y estimación de los tiempos, algo que influye mucho en su capacidad para organizarse y planificar sus estudios, compaginándolos con otras actividades y con su vida social.
Si no se ha comenzado antes, es un buen momento para hacer buen uso de la agenda y de planificar las tareas (deberes y estudio), semanalmente. O para acudir a un especialista de la psicología infantil o infanto-juvenil que proporciones las medidas adecuadas a cada uno.
Síntomas de tdah en adultos
Del mismo modo, los síntomas de tdah en adultos suponen una evolución de los anteriormente mencionados, de manera que, en la edad adulta, la hiperactividad motora es mucho más imperceptible y casi puede verse reducida a sentirse incómodos cuando llevan mucho tiempo sentados o están envueltos en una conversación que no les apasiona.
Se mantienen algunas dificultades para la organización en general, y debido a la impulsividad tienden a tomar decisiones de forma poco reflexiva, sin pensar demasiado en las consecuencias.
Por supuesto, los síntomas de tdah en adultos y en cualquiera de las anteriores etapas tendrán distinta evolución e impacto sobre el día a día en función de si han recibido el diagnóstico de tdah en edades anteriores y de haber recibido tratamiento que facilite la adquisición de herramientas y estrategias adecuadas.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Si no sabes cuando acudir a un especialista por sospecha de tdah, la respuesta es clara: Siempre que tengas dudas. Más allá de que el colegio recomiende una evaluación psicopedagógica debido a la sospecha de posible tdah, o de que familia o personas del entorno te hagan comentarios relacionados, antes de volveros locos y locas buscando información sin filtro en internet, siempre es mejor consultar con un psicólogo, neuropsicólogo, neuropediatra que os pueda explicar con más detalle qué es el tdah, cómo diagnostircarlo y resolver todas vuestras dudas.
Psicóloga sanitaria especializada en neuropsicología. Cuento con amplia experiencia en evaluación e intervención infanto-juvenil, con familias y adultos con daño cerebral, trastornos del neurodesarrollo y dificultades socio-emocionales. Terapia Online y presencial en Madrid. ¡Contáctame si necesitas algo! Siempre respondo